El inconsciente numinoso es una propuesta ontocosmológica que busca el desarrollo de cuatro grandes potenciales: amor en todas sus dimensiones, coraje, iluminación (junguiana) y conciencia ontocosmológica (o intasis)
La designación de numinoso, fue creada por Rudolph Otto, derivándola de numen (dios, divinidad, inspiración o majestad divina), para designar con ella la esencia de lo sagrado, excluyendo de ella toda interpretación racional de religiosidad, así como toda alusión a la ética o dogmáticas particulares.
Otto insiste en los aspectos no racional y paradójico de la experiencia religiosa en lo que se manifiesta lo numinoso.
Con el desarrollo de este concepto –Inconsciente Numinoso-, Rolando Toro Araneda cierra el modelo teórico de Biodanza.
Su último mensaje teórico, es la fuente de la grandeza de los seres humanos, aquello que permite desplegar lo sagrado y divino. Característica esencial humana que nos distingue de los otros seres humanos.
Vivenciar aunque sea por un segundo, nuestro inconsciente numinoso, es percibir el tiempo emocional, tiempo sin tiempo cronológico, en donde el movimiento de las nubes se transforma en el dulce pulsar de nuestro corazón.
Vivencia en donde descubrimos que el Coraje, la iluminación, el íntasis y el amor son una misma danza. Es entrar al reino del alma.
Cecilia Vera
He denominado «Inconsciente Numinoso» al estrato más profundo del inconsciente humano.
Consiste en un conjunto de potenciales de extraordinaria diferenciación y refinamiento, que constituyen el poder de excelencia de lo humano.
Estos potenciales son, por otra parte, los más reprimidos de todos los que caracterizan las
manifestaciones humanas.
Su conjunto constituye «El Hombre Eterno».
La pregunta esencial ¿Qué es ser humano?
Los psicólogos y educadores no parecen interesarse en el nivel de humanidad de un
individuo, sino en características de su personalidad; en sus reacciones extrovertidas o
introvertidas, en su inteligencia, o en sus motivaciones individuales.
No obstante, un hombre destacado socialmente, un científico eminente, o un economista
experto, pueden ser, desde el punto de vista humano, perfectos miserables.
Mi interés es responder a la pregunta esencial: ¿Qué es ser humano? Esta pregunta, debe ser respondida con urgencia, como única profilaxis social.
La energía numinosa, no se cultiva actualmente en las escuelas elementales ni en las
universidades; el cultivo de lo humano es el gran ausente en los programas escolares.
Los niños salen del colegio conociendo las guerras, las invasiones, los héroes nacionales y las glorias bélicas de la Patria, pero nunca han escuchado una partita de Bach, ni han visto una pintura de Leonardo, ni saben la historia de quienes descubrieron la penicilina, la anestesia o la vacuna contra la poliomielitis. La grandeza del hombre no se enseña en las Centros Educativos, se enseña nuestra parte miserable.
La energía numinosa está en algunos poemas de Rilke, Saint John Perse o de Rumi.
Lo numinoso se relaciona con la gracia, con lo creativo, con lo eterno… lo numinoso genera el amor, la poesía, la percepción de lo maravilloso y el coraje de vivir.
Esta energía originaria es consubstancial al hombre en su génesis, desde su gestación.
El Hombre Eterno habita en lo más profundo de nuestra identidad; tal es la condición humana primordial.
No son importantes, a mi juicio, las múltiples formas de la diversidad del carácter, ya se trate de una persona cualquiera, melancólica, alegre, inexpresiva, creadora, lo más importante es el nivel de humanidad que ha alcanzado.
En el psicópata, el principio humano esta disminuido al máximo. Su condición es
profundamente desestructurada.
La noción de lo maravilloso es extraña para muchas personas, no obstante, lo maravilloso nos rodea.
Lo maravilloso es un modo de percepción de la alegría inocente y de la pureza íntima, es
también la diversidad de la naturaleza, el misterio de la vida.
El inconsciente numinoso nos da acceso a un sentimiento de intimidad, al amor sin frontera y a la creación como revelación de belleza y misterio.
La energía numinosa se manifiesta ocasionalmente con extraordinaria fuerza, en artistas,
místicos y humanistas tales como Bach, Teresa de Calculta, Einstein o Rainer María Rilke, Teresa de Calcuta vivía en la gracia de lo numinoso. Como he dicho, los contenidos del inconsciente numinoso son los potenciales del Hombre Eterno y muy frecuentemente en personas comunes, capaces de amar.
La energía numinosa se manifiesta en quienes reciclan la energía cósmica y conectan vitalmente con la fuente originaria.
El inconsciente numinoso se manifiesta a través de intensas vivencias de percepción musical y visual, así como en el amor epifánico y en la maternidad.
A continuación comentaré brevemente sobre algunos contenidos potenciales del Inconsciente Numinoso.
Comúnmente sentimos que somos dueños de nosotros mismos, pero la vida se apodera de nosotros cuando amamos y nuestra existencia entera se transforma en el impulso de es con otro y para otro.
Aprender a amar sin temor, es el máximo aprendizaje.
Es necesario entregar amor en la dimensión infinita y no en el minimalismo de las relaciones.
El espacio del amor es con otro. No hay que defender el «propio espacio». Es necesario,
primero amar al otro, esto trae como consecuencia amarse a si mismo.
El amor no es un juego, es una forma de integración al infinito.
Existe el amor epifánico, en el que se une lo sagrado de uno con lo sagrado del otro. El amor epifánico es la esencia de lo humano, una estética antropológica.
El amor indiferenciado, es la ternura, condición esencial de la convivencia. La vida nos
propone el amor cada día.
Este amor, constituye el atractor del caos existencial y nos conecta con el riesgo y la
desolación.
Tenemos frecuentemente miedo a la manifestación de esta fuerza cósmica en nuestra vida, pero es el ápice de la grandeza y de la dicha absoluta.
Fue Carlos Gustavo Jung, quien describió el alma humana como el eterno renacimiento entre la luz y la sombra.
La luz, es la parte fulgurante de nuestra alma, la zona donde se gesta el amor, la alegría de vivir, la percepción de la Gracia Suprema. La luz es activa, cálida y próxima al milagro.
La sombra es el lugar de nuestros terrores; de la culpa, de la violencia y la angustia.
Luz y sombra conviven en nosotros. Ambas pueden evocarse mediante la oración o la danza.
Creo que hay algo más en el proceso de iluminación. El aumento de la percepción de cosas esenciales.
Con nuestra luz, podemos percibir al otro, conectamos con sus esencia y consagrarlo como un hermano cósmico.
La luz nos permite descubrir la luz que hay en los otros.
Cuando hablo de coraje, no me refiero a la valentía de los militares que están programados para matar y morir.
Ese no es coraje, es ingenuidad fatal.
Coraje es la capacidad de desafiar nuestra propia sombra. Entrar en el misterioso ámbito de nuestros dolores y frustraciones, buscar las penumbras y ascender a la luz, para llevar adelante el proyecto sagrado, entrar en la Gran Obra, en el arca de salvación por el amor.
«Quien no ha descendido a las profundidades de la sombra, no tiene acceso a la alabanza», expresa Rainer María Rilke.
El coraje, es nuestra posibilidad de encender el amor como extraño atractor en las tenebrosas regiones del caos.
Coraje: Desafiar los miedos, la opresión externa; Coraje para enfrentar el sufrimiento.
A veces es demasiado tarde para volver atrás. Las decisiones frágiles retardan la llegada de Dios.
El estado de intasis consiste en despertar al dios interior. Sentir la pureza y la fuerza de
nuestra propia identidad.
El intasis, nos permite asumir nuestra identidad como seres cósmicos y como depositarios del poder de vínculo.
El intasis, es el origen de la conciencia y de la lucidez ética.
El intasis es también la génesis del sentimiento de felicidad, nos da acceso a la reatividad y a la percepción de la belleza.
La empatía y la ternura indiferenciadas, tienen también su origen en el intasis.
Finalmente, pienso que todo lo que nos dignifica como seres humanos, proviene del
inconsciente numinoso.
Hombres de todos los pueblos, en mayor o menor grado, tienen la posibilidad de liberar su
energía numinosa.
Nuestra cultura de la muerte, genera condiciones para tomar insignificante al ser humano.
De este modo, es fácil explotarlos, descalificarlos y asesinarlos en las guerras.
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